"TRECE DÍAS", UNA PELÍCULA SOBRE LA CRISIS DE LOS MISILES
Esta película, dirigida por R. Donaldson e interpretada por Kenin Costner, recrea la Crisis de los Misiles en Cuba de 1962 y los días en que el mundo de los bloques contuvo el aliento ante el órdago de las dos superpotencias y el peligro de un enfrentamiento tal vez nuclear
Año: 2000
Duración: 145 min.
"... La película trata el tema real como un thriller histórico, metiéndose en el mismo riñón de la Casa Blanca. Gobierna los Estados Unidos John Kennedy, con un equipo de asesores y colaboradores que pasaron a la Historia: su hermano Robert, el ministro de Defensa Robert McNamara, el representante ante las Naciones Unidas Adlai Stevenson (que da batalla diplomática al embajador soviético) y Dean Rusk, el ministro de Relaciones Exteriores. Todos ellos son los personajes de la película, que está contada sin embargo desde el punto de vista de un hombre que actuó entre las sombras: el asesor presidencial Kenneth O’Donnell, interpretado por Kevin Costner, quien una vez más encarna su personaje conocido de héroe ímprobo, en esta ocasión ocupando el segundo plano. De origen irlandés, bostoniano como los Kennedy, compañero de estudios de Bobby, de cuya mano llega a la dirección de la campaña presidencial, héroe de guerra como John, O’Donnell es quien acompaña y aconseja al Presidente y a su hermano, quien, como se sabe, tenía casi tanto poder como aquél.
(....)
La narración sigue prolijamente –tal vez demasiado prolijamente– el recorrido cronológico a través de esos trece días. Detalla obsesivamente los hechos históricos, las discusiones en el Gabinete, las decisiones políticas y cómo se llegó a ellas, pero sin reflexionar sobre el por qué ni sobre la génesis de esas posiciones. Los estadistas están presentados como víctimas del sistema político. Kennedy aparece fuertemente presionado por los mandos militares, reaccionarios y antisoviéticos, impacientes por poner en actividad todo su poderoso aparato bélico e invadir la isla. El Presidente había vivido ya el fracaso de Bahía de los Cochinos, y no quiere repetir errores. Despliega toda su habilidad de estadista y su ejercicio del poder para evitar la guerra, imponer un bloqueo y llegar a una solución no violenta por la vía diplomática. Los militares debieron esperar su muerte, acaecida trece meses después de estos trece días, para finalmente jugar el juego para el que habían sido entrenados, en Vietnam. Aunque nunca vemos a Nikita Kruschev, el primer ministro soviético, adivinamos que él también está viviendo la misma angustia y presión que Kennedy y sus colaboradores. Ambos enfrentan virtuales golpes de estado de sus mandos militares. A diferencia del cine realizado por Hollywood durante esa Guerra Fría, aquí los soviéticos no son los malos de la película. Responden, como los yanquis, a un sistema político que había dividido al mundo en dos, y en el que cada uno defendía y luchaba por su territorio. Pero la película nunca profundiza sobre las razones de cada bando...."
TEXTO DE JOSEFINA SARTORA EN http://www.cineismo.com/criticas/trece-dias.htm
LOS RUGIENTES VEINTE Por ADOLFO RIVERO CARO(Abogado, traductor, ensayista, uno de los fundadores del movimiento de derechos humanos en Cuba. Tiene un sitio en Internet llamado "En Defensa del Neoliberalismo" -www.neoliberalismo.com -. Actualmente reside en Miami y es columnista de El Nuevo Herald).
No se puede hablar de la historia de Cuba sin una referencia constante a Estados Unidos. En este país, los años 20 son decisivos. Es una época de transformaciones sin precedentes donde irrumpen en la vida cotidiana el automóvil, el cine, la radio y las cadenas de tiendas. Es la época del nacimiento de la sociedad de consumo. También es la época de Picasso, de T. S. Elliot, de Joyce, de Freud, de Wittengstein. De Ernest Hemingway, John Dos Passos. De Jack Dempsey y Babe Ruth. Del nacimiento y popularización del jazz.
En esos años, Estados Unidos conoció una prosperidad frenética y sin precedentes así como también la peor depresión de su historia. Las décadas entre las dos guerras vieron la maduración y momentánea crisis de otra etapa de la revolución capitalista. Sus efectos influyeron decisivamente en el estilo de vida de todo el planeta.
En aquellos años en Estados Unidos se comenzaron a experimentar los problemas de una sociedad de consumo. La producción, mercadeo y acumulación individual de una serie al parecer sin fin de bienes y servicios pasó a convertirse en la principal preocupación de la vida diaria y, prácticamente, en una religión secular. Y aunque las raíces de este proceso se encuentran en la creación de un mercado continental y el ascenso de las grandes empresas en el último tercio del siglo XIX, los años después de la I Guerra Mundial vieron la increíble difusión del automóvil, la masificación de los bienes de consumo gracias a la invención de la línea de montaje (1913), la popularización de los pagos a plazos, el uso masivo de los anuncios y el creciente poder de la radio y el cine. Todas estas transformaciones provocaron un éxodo hacia las ciudades con los naturales problemas que origina una urbanización masiva y sumamente rápida.
Esta época es conocida en Estados Unidos como The Roaring Twenties (Los Rugientes Veinte). La guerra había traído enormes cambios a la sociedad norteamericana.
Toda una generación se había infectado con el espíritu de disfrutar porque mañana se puede morir. Mientras cientos de miles de soldados partían para el frente cientos de miles de mujeres ocupaban sus puestos y salían a trabajar fuera de sus hogares. Había habido una epidemia de rápidos matrimonios y de otras relaciones menos convencionales. Dos millones de soldados americanos se habían visto muy cerca de la muerte y muy lejos de los severos códigos morales de los Estados Unidos de la época. Miles de mujeres habían participado en la guerra como enfermeras. Era imposible que esta generación regresara a sus casas para proseguir la misma vida que tenía anteriormente. Los jóvenes se habían sacrificado y ahora querían divertirse. Las mujeres se iban liberando de los gravámenes domésticos con la popularización de las lavadoras y planchas eléctricas, con la proliferación de los alimentos enlatados. Ante la vieja costumbre del ahorro, se impuso la venta a plazos. El corset desapareció tan rápidamente como el pelo largo. Las mujeres empezaron a votar, a fumar y a beber junto con los hombres, pese a la Prohibición. Entre 1910 y 1928, la tasa de divorcio se duplicó. El prestigio de los dirigentes políticos como grupo, y hasta de las instituciones democráticas mismas, como los parlamentos, sufrió enormemente. Se les consideraba responsables de la horrible matanza. Es una época de gran revisión de valores. Las ideas de Freud se convirtieron en una verdadera manía nacional. En 1920 prácticamente no había radios, en 1922 había cientos de miles. Los teléfonos también se popularizaron extraordinariamente.
La impetuosa expansión económica desarrolló un verdadero culto popular al hombre de negocios, al arriesgado empresario. Los Rotarios se fundaron en 1905 y en 1930 tenían ya 150,00 miembros. Por otra parte, las noticias de la Revolución Rusa y el peligro de su posible expansión por el resto de Europa provocaron el llamado Red Scare o "Miedo a los Rojos". Estados Unidos seguía siendo en esa época un país profundamente religioso, muy poseído de lo que Max Weber llamó "la ética protestante del trabajo".
Sin embargo, la urbanización y el desarrollo de los medios de comunicación de masas también había hecho crecer verticalmente el número de intelectuales, los mismos de los que Alexis de Tocqueville había escrito:
"Su modo de vida llevó a estos escritores a dar rienda suelta a las teorías abstractas y las generalizaciones relativas a la naturaleza del gobierno y a confiar ciegamente en ellas. Por vivir como vivían, bastante alejados de la práctica política, carecían de la experiencia que hubiese podido moderar su entusiasmo. Por lo tanto, dejaron de percibir por completo los obstáculos bien reales que existían incluso en el camino de las reformas más dignas de elogio, como tampoco calcularon los peligros que encierran hasta las revoluciones más saludables. Como resultado de ello, nuestros hombres de letras se tornaron más osados en sus especulaciones, más adictos a las ideas generales y los sistemas".
Una excelente, aunque ácida, descripción de la vida típica en Estados Unidos de la época puede encontrarse en dos famosas novelas de Sinclair Lewis: Main Street (Calle Mayor, 1920) y Babbitt (1922). Las novelas fueron una sensación nacional y provocaron una súbita toma de consciencia sobre una realidad y movilizaron las fuerzas dispuestas a cambiarla. Esto tendría su contrapartida cubana en Carlos Loveira y Miguel de Carrión. Entre los intelectuales se fue popularizando un profundo desprecio por la burguesía y sus valores, un rechazo a la homogeneización típica de ese período de la producción industrial, un escepticismo religioso, un odio a cualquier tipo de imposición moral a través de las leyes, un ansia de mayor libertad sexual así como, por supuesto, una total hostilidad a la Ley Seca. Estas ideas iban penetrando lentamente en la población norteamericana y también se irradiaban al resto del mundo.
En esos años, Estados Unidos conoció una prosperidad frenética y sin precedentes así como también la peor depresión de su historia. Las décadas entre las dos guerras vieron la maduración y momentánea crisis de otra etapa de la revolución capitalista. Sus efectos influyeron decisivamente en el estilo de vida de todo el planeta.
En aquellos años en Estados Unidos se comenzaron a experimentar los problemas de una sociedad de consumo. La producción, mercadeo y acumulación individual de una serie al parecer sin fin de bienes y servicios pasó a convertirse en la principal preocupación de la vida diaria y, prácticamente, en una religión secular. Y aunque las raíces de este proceso se encuentran en la creación de un mercado continental y el ascenso de las grandes empresas en el último tercio del siglo XIX, los años después de la I Guerra Mundial vieron la increíble difusión del automóvil, la masificación de los bienes de consumo gracias a la invención de la línea de montaje (1913), la popularización de los pagos a plazos, el uso masivo de los anuncios y el creciente poder de la radio y el cine. Todas estas transformaciones provocaron un éxodo hacia las ciudades con los naturales problemas que origina una urbanización masiva y sumamente rápida.
Esta época es conocida en Estados Unidos como The Roaring Twenties (Los Rugientes Veinte). La guerra había traído enormes cambios a la sociedad norteamericana.
Toda una generación se había infectado con el espíritu de disfrutar porque mañana se puede morir. Mientras cientos de miles de soldados partían para el frente cientos de miles de mujeres ocupaban sus puestos y salían a trabajar fuera de sus hogares. Había habido una epidemia de rápidos matrimonios y de otras relaciones menos convencionales. Dos millones de soldados americanos se habían visto muy cerca de la muerte y muy lejos de los severos códigos morales de los Estados Unidos de la época. Miles de mujeres habían participado en la guerra como enfermeras. Era imposible que esta generación regresara a sus casas para proseguir la misma vida que tenía anteriormente. Los jóvenes se habían sacrificado y ahora querían divertirse. Las mujeres se iban liberando de los gravámenes domésticos con la popularización de las lavadoras y planchas eléctricas, con la proliferación de los alimentos enlatados. Ante la vieja costumbre del ahorro, se impuso la venta a plazos. El corset desapareció tan rápidamente como el pelo largo. Las mujeres empezaron a votar, a fumar y a beber junto con los hombres, pese a la Prohibición. Entre 1910 y 1928, la tasa de divorcio se duplicó. El prestigio de los dirigentes políticos como grupo, y hasta de las instituciones democráticas mismas, como los parlamentos, sufrió enormemente. Se les consideraba responsables de la horrible matanza. Es una época de gran revisión de valores. Las ideas de Freud se convirtieron en una verdadera manía nacional. En 1920 prácticamente no había radios, en 1922 había cientos de miles. Los teléfonos también se popularizaron extraordinariamente.
La impetuosa expansión económica desarrolló un verdadero culto popular al hombre de negocios, al arriesgado empresario. Los Rotarios se fundaron en 1905 y en 1930 tenían ya 150,00 miembros. Por otra parte, las noticias de la Revolución Rusa y el peligro de su posible expansión por el resto de Europa provocaron el llamado Red Scare o "Miedo a los Rojos". Estados Unidos seguía siendo en esa época un país profundamente religioso, muy poseído de lo que Max Weber llamó "la ética protestante del trabajo".
Sin embargo, la urbanización y el desarrollo de los medios de comunicación de masas también había hecho crecer verticalmente el número de intelectuales, los mismos de los que Alexis de Tocqueville había escrito:
"Su modo de vida llevó a estos escritores a dar rienda suelta a las teorías abstractas y las generalizaciones relativas a la naturaleza del gobierno y a confiar ciegamente en ellas. Por vivir como vivían, bastante alejados de la práctica política, carecían de la experiencia que hubiese podido moderar su entusiasmo. Por lo tanto, dejaron de percibir por completo los obstáculos bien reales que existían incluso en el camino de las reformas más dignas de elogio, como tampoco calcularon los peligros que encierran hasta las revoluciones más saludables. Como resultado de ello, nuestros hombres de letras se tornaron más osados en sus especulaciones, más adictos a las ideas generales y los sistemas".
Una excelente, aunque ácida, descripción de la vida típica en Estados Unidos de la época puede encontrarse en dos famosas novelas de Sinclair Lewis: Main Street (Calle Mayor, 1920) y Babbitt (1922). Las novelas fueron una sensación nacional y provocaron una súbita toma de consciencia sobre una realidad y movilizaron las fuerzas dispuestas a cambiarla. Esto tendría su contrapartida cubana en Carlos Loveira y Miguel de Carrión. Entre los intelectuales se fue popularizando un profundo desprecio por la burguesía y sus valores, un rechazo a la homogeneización típica de ese período de la producción industrial, un escepticismo religioso, un odio a cualquier tipo de imposición moral a través de las leyes, un ansia de mayor libertad sexual así como, por supuesto, una total hostilidad a la Ley Seca. Estas ideas iban penetrando lentamente en la población norteamericana y también se irradiaban al resto del mundo.
Para reflexionar- ¿Con qué otro nombre fue conocida la década de los años veinte?
- ¿Qué tipo de sociedad nace en Estados Unidos en esta época?
- ¿Qué significó esta época para las mujeres?
TRÁGICO ATENTADO EN BOSNIA. ASESINATO DEL ARCHIDUQUE HEREDERO DE AUSTRIAEL DOBLE CRIMENPARÍS, 28. El telégrafo sigue comunicando detalles del terrible atentado cometido en Sarajevo, y las nuevas noticias aumentan el horror de la tragedia en que ha perdido la vida el Archiduque heredero de Austria Hungría y su esposa, la Duquesa de Hohenberg.Al dirigirse el Archiduque al Ayuntamiento, aglomerábase en la calle un enorme público, que le aclamaba con entusiasmo.Frente al Banco de la Unión, según ha declarado un testigo presencial, el sastre Mavossi, cuando llegaba el automóvil del Príncipe, se adelantó un obrero y arrojó un objeto al carruaje. El Archiduque, que se dio perfecta cuenta del atentado, se levantó en el acto, dando pruebas de enorme serenidad, y con el brazo derecho lanzó violentamente la bomba hacia atrás. La bomba cayó al pie del carruaje que seguía, en el cual iban los oficiales del séquito, señores conde Doss Valdeck y teniente coronel ayudante Merizzi. La bomba estalló, hiriendo levemente a los dos personajes citados, y a otras seis personas más de las que figuraban en la comitiva oficial. Estas últimas están heridas de gravedad. La circunstancia de haber estallado el proyectil en el suelo, casi debajo del carruaje, evitó que la desgracia fuera mayor. La bomba tenía la forma de botella y estaba cargada con clavos, trozos de plomo y perdigones. La fuerza era tan grande que los proyectiles llegaron a atravesar las persianas metálicas de algunos establecimientos cercanos....(...) Parece que las autoridades trataron de redoblar las precauciones; pero el archiduque se negó diciendo tranquilamente:- “Ya se que no voy a morir de muerte natural”Se dice que la princesa rogó en el Ayuntamiento a su esposo que pidiera un coche cerrado. - "Estas calles son muy estrechas y es imposible evitar un atentado" - dijo.Pero el jefe de la gendarmería se apresuró a exclamar:- "Señora: en Sarajevo no puede haber más que un asesino"Desgraciadamente los temores de la condesa Sofía, y el terrible vaticinio del Archiduque, no tardaron en confirmarse. El primer proyectil que disparó el estudiante Princip atravesó la madera del automóvil en que iban los Archiduques, e hirió a la Archiduquesa en el lado derecho del vientre. El segundo disparo hirió al Archiduque en el cuello, seccionándole la carótida. La Archiduquesa perdió el conocimiento en el acto y cayó sobre las rodillas de su esposo, y en este momento recibió él la herida, cayendo desmayado cuando intentaba amparar a su esposa. Ya no volvieron en sí, falleciendo a los pocos minutos de haber entrado en el Palacio...Periódico "LA ÉPOCA”. Lunes, 29 de Junio de 1914.
http://www.slideshare.net/casuco/holocausto-zalchendler PARA EL TEMA JUDIO
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PARA REPASAR TEMA "LA GUERRA FRIA" Guia 1 Medio 2011 La Guerra Fria LA GUERRA FRIA FUERA DE EUROPA GUERRA DEL VIETNAM
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TERCER MUNDO Y DESCOLONIZACION REVOLUCIONES LIBERALES 1°MEDIO
ALGO MAS SOBRE LOS AÑOS LOCOS LOS RUGIENTES VEINTE
Por ADOLFO RIVERO CARO(Abogado, traductor, ensayista, uno de los fundadores del movimiento de derechos humanos en Cuba. Tiene un sitio en Internet llamado "En Defensa del Neoliberalismo" -www.neoliberalismo.com -. Actualmente reside en Miami y es columnista de El Nuevo Herald).
No se puede hablar de la historia de Cuba sin una referencia constante a Estados Unidos. En este país, los años 20 son decisivos. Es una época de transformaciones sin precedentes donde irrumpen en la vida cotidiana el automóvil, el cine, la radio y las cadenas de tiendas. Es la época del nacimiento de la sociedad de consumo. También es la época de Picasso, de T. S. Elliot, de Joyce, de Freud, de Wittengstein. De Ernest Hemingway, John Dos Passos. De Jack Dempsey y Babe Ruth. Del nacimiento y popularización del jazz.
En esos años, Estados Unidos conoció una prosperidad frenética y sin precedentes así como también la peor depresión de su historia. Las décadas entre las dos guerras vieron la maduración y momentánea crisis de otra etapa de la revolución capitalista. Sus efectos influyeron decisivamente en el estilo de vida de todo el planeta.
En aquellos años en Estados Unidos se comenzaron a experimentar los problemas de una sociedad de consumo. La producción, mercadeo y acumulación individual de una serie al parecer sin fin de bienes y servicios pasó a convertirse en la principal preocupación de la vida diaria y, prácticamente, en una religión secular. Y aunque las raíces de este proceso se encuentran en la creación de un mercado continental y el ascenso de las grandes empresas en el último tercio del siglo XIX, los años después de la I Guerra Mundial vieron la increíble difusión del automóvil, la masificación de los bienes de consumo gracias a la invención de la línea de montaje (1913), la popularización de los pagos a plazos, el uso masivo de los anuncios y el creciente poder de la radio y el cine. Todas estas transformaciones provocaron un éxodo hacia las ciudades con los naturales problemas que origina una urbanización masiva y sumamente rápida.
Esta época es conocida en Estados Unidos como The Roaring Twenties (Los Rugientes Veinte). La guerra había traído enormes cambios a la sociedad norteamericana.
Toda una generación se había infectado con el espíritu de disfrutar porque mañana se puede morir. Mientras cientos de miles de soldados partían para el frente cientos de miles de mujeres ocupaban sus puestos y salían a trabajar fuera de sus hogares. Había habido una epidemia de rápidos matrimonios y de otras relaciones menos convencionales. Dos millones de soldados americanos se habían visto muy cerca de la muerte y muy lejos de los severos códigos morales de los Estados Unidos de la época. Miles de mujeres habían participado en la guerra como enfermeras. Era imposible que esta generación regresara a sus casas para proseguir la misma vida que tenía anteriormente. Los jóvenes se habían sacrificado y ahora querían divertirse. Las mujeres se iban liberando de los gravámenes domésticos con la popularización de las lavadoras y planchas eléctricas, con la proliferación de los alimentos enlatados. Ante la vieja costumbre del ahorro, se impuso la venta a plazos. El corset desapareció tan rápidamente como el pelo largo. Las mujeres empezaron a votar, a fumar y a beber junto con los hombres, pese a la Prohibición. Entre 1910 y 1928, la tasa de divorcio se duplicó. El prestigio de los dirigentes políticos como grupo, y hasta de las instituciones democráticas mismas, como los parlamentos, sufrió enormemente. Se les consideraba responsables de la horrible matanza. Es una época de gran revisión de valores. Las ideas de Freud se convirtieron en una verdadera manía nacional. En 1920 prácticamente no había radios, en 1922 había cientos de miles. Los teléfonos también se popularizaron extraordinariamente.
La impetuosa expansión económica desarrolló un verdadero culto popular al hombre de negocios, al arriesgado empresario. Los Rotarios se fundaron en 1905 y en 1930 tenían ya 150,00 miembros. Por otra parte, las noticias de la Revolución Rusa y el peligro de su posible expansión por el resto de Europa provocaron el llamado Red Scare o "Miedo a los Rojos". Estados Unidos seguía siendo en esa época un país profundamente religioso, muy poseído de lo que Max Weber llamó "la ética protestante del trabajo".
Sin embargo, la urbanización y el desarrollo de los medios de comunicación de masas también había hecho crecer verticalmente el número de intelectuales, los mismos de los que Alexis de Tocqueville había escrito:
"Su modo de vida llevó a estos escritores a dar rienda suelta a las teorías abstractas y las generalizaciones relativas a la naturaleza del gobierno y a confiar ciegamente en ellas. Por vivir como vivían, bastante alejados de la práctica política, carecían de la experiencia que hubiese podido moderar su entusiasmo. Por lo tanto, dejaron de percibir por completo los obstáculos bien reales que existían incluso en el camino de las reformas más dignas de elogio, como tampoco calcularon los peligros que encierran hasta las revoluciones más saludables. Como resultado de ello, nuestros hombres de letras se tornaron más osados en sus especulaciones, más adictos a las ideas generales y los sistemas".
Una excelente, aunque ácida, descripción de la vida típica en Estados Unidos de la época puede encontrarse en dos famosas novelas de Sinclair Lewis: Main Street (Calle Mayor, 1920) y Babbitt (1922). Las novelas fueron una sensación nacional y provocaron una súbita toma de consciencia sobre una realidad y movilizaron las fuerzas dispuestas a cambiarla. Esto tendría su contrapartida cubana en Carlos Loveira y Miguel de Carrión. Entre los intelectuales se fue popularizando un profundo desprecio por la burguesía y sus valores, un rechazo a la homogeneización típica de ese período de la producción industrial, un escepticismo religioso, un odio a cualquier tipo de imposición moral a través de las leyes, un ansia de mayor libertad sexual así como, por supuesto, una total hostilidad a la Ley Seca. Estas ideas iban penetrando lentamente en la población norteamericana y también se irradiaban al resto del mundo.
En esos años, Estados Unidos conoció una prosperidad frenética y sin precedentes así como también la peor depresión de su historia. Las décadas entre las dos guerras vieron la maduración y momentánea crisis de otra etapa de la revolución capitalista. Sus efectos influyeron decisivamente en el estilo de vida de todo el planeta.
En aquellos años en Estados Unidos se comenzaron a experimentar los problemas de una sociedad de consumo. La producción, mercadeo y acumulación individual de una serie al parecer sin fin de bienes y servicios pasó a convertirse en la principal preocupación de la vida diaria y, prácticamente, en una religión secular. Y aunque las raíces de este proceso se encuentran en la creación de un mercado continental y el ascenso de las grandes empresas en el último tercio del siglo XIX, los años después de la I Guerra Mundial vieron la increíble difusión del automóvil, la masificación de los bienes de consumo gracias a la invención de la línea de montaje (1913), la popularización de los pagos a plazos, el uso masivo de los anuncios y el creciente poder de la radio y el cine. Todas estas transformaciones provocaron un éxodo hacia las ciudades con los naturales problemas que origina una urbanización masiva y sumamente rápida.
Esta época es conocida en Estados Unidos como The Roaring Twenties (Los Rugientes Veinte). La guerra había traído enormes cambios a la sociedad norteamericana.
Toda una generación se había infectado con el espíritu de disfrutar porque mañana se puede morir. Mientras cientos de miles de soldados partían para el frente cientos de miles de mujeres ocupaban sus puestos y salían a trabajar fuera de sus hogares. Había habido una epidemia de rápidos matrimonios y de otras relaciones menos convencionales. Dos millones de soldados americanos se habían visto muy cerca de la muerte y muy lejos de los severos códigos morales de los Estados Unidos de la época. Miles de mujeres habían participado en la guerra como enfermeras. Era imposible que esta generación regresara a sus casas para proseguir la misma vida que tenía anteriormente. Los jóvenes se habían sacrificado y ahora querían divertirse. Las mujeres se iban liberando de los gravámenes domésticos con la popularización de las lavadoras y planchas eléctricas, con la proliferación de los alimentos enlatados. Ante la vieja costumbre del ahorro, se impuso la venta a plazos. El corset desapareció tan rápidamente como el pelo largo. Las mujeres empezaron a votar, a fumar y a beber junto con los hombres, pese a la Prohibición. Entre 1910 y 1928, la tasa de divorcio se duplicó. El prestigio de los dirigentes políticos como grupo, y hasta de las instituciones democráticas mismas, como los parlamentos, sufrió enormemente. Se les consideraba responsables de la horrible matanza. Es una época de gran revisión de valores. Las ideas de Freud se convirtieron en una verdadera manía nacional. En 1920 prácticamente no había radios, en 1922 había cientos de miles. Los teléfonos también se popularizaron extraordinariamente.
La impetuosa expansión económica desarrolló un verdadero culto popular al hombre de negocios, al arriesgado empresario. Los Rotarios se fundaron en 1905 y en 1930 tenían ya 150,00 miembros. Por otra parte, las noticias de la Revolución Rusa y el peligro de su posible expansión por el resto de Europa provocaron el llamado Red Scare o "Miedo a los Rojos". Estados Unidos seguía siendo en esa época un país profundamente religioso, muy poseído de lo que Max Weber llamó "la ética protestante del trabajo".
Sin embargo, la urbanización y el desarrollo de los medios de comunicación de masas también había hecho crecer verticalmente el número de intelectuales, los mismos de los que Alexis de Tocqueville había escrito:
"Su modo de vida llevó a estos escritores a dar rienda suelta a las teorías abstractas y las generalizaciones relativas a la naturaleza del gobierno y a confiar ciegamente en ellas. Por vivir como vivían, bastante alejados de la práctica política, carecían de la experiencia que hubiese podido moderar su entusiasmo. Por lo tanto, dejaron de percibir por completo los obstáculos bien reales que existían incluso en el camino de las reformas más dignas de elogio, como tampoco calcularon los peligros que encierran hasta las revoluciones más saludables. Como resultado de ello, nuestros hombres de letras se tornaron más osados en sus especulaciones, más adictos a las ideas generales y los sistemas".
Una excelente, aunque ácida, descripción de la vida típica en Estados Unidos de la época puede encontrarse en dos famosas novelas de Sinclair Lewis: Main Street (Calle Mayor, 1920) y Babbitt (1922). Las novelas fueron una sensación nacional y provocaron una súbita toma de consciencia sobre una realidad y movilizaron las fuerzas dispuestas a cambiarla. Esto tendría su contrapartida cubana en Carlos Loveira y Miguel de Carrión. Entre los intelectuales se fue popularizando un profundo desprecio por la burguesía y sus valores, un rechazo a la homogeneización típica de ese período de la producción industrial, un escepticismo religioso, un odio a cualquier tipo de imposición moral a través de las leyes, un ansia de mayor libertad sexual así como, por supuesto, una total hostilidad a la Ley Seca. Estas ideas iban penetrando lentamente en la población norteamericana y también se irradiaban al resto del mundo.
Para reflexionar
- ¿Con qué otro nombre fue conocida la década de los años veinte?
- ¿Con qué otro nombre fue conocida la década de los años veinte?
- ¿Qué tipo de sociedad nace en Estados Unidos en esta época?
- ¿Qué significó esta época para las mujeres?
NOTICIA DEL HUNDIMIENTO DEL "LUSITANIA"
NOTICIAS DEL HUNDIMIENTO DEL "LUSITANIA" SEGUN LOS ARCHIVOS DEL "TIMES "Sinking of the Lusitania
The Lusitania sunk off Irish coast
The great Cunard liner Lusitania was torpedoed by a German submarine off the South Coast of Ireland yesterday afternoon and sunk. She was on a voyage from New York to Liverpool, and was within a few hours steaming of her home port
Feared loss of 1,500 lives
It is understood they thought the ship would float. She sank in 15 to 25 minutes and it is reported she was struck by two torpedoes
Motive behind the crime
The diabolical character of Germany's action must rivet attention, but it is essential the British public are not distracted
Con esta presentacion puedes completar tus apuntes alumnos de 1° medio The Lusitania sunk off Irish coast
The great Cunard liner Lusitania was torpedoed by a German submarine off the South Coast of Ireland yesterday afternoon and sunk. She was on a voyage from New York to Liverpool, and was within a few hours steaming of her home port
Feared loss of 1,500 lives
It is understood they thought the ship would float. She sank in 15 to 25 minutes and it is reported she was struck by two torpedoes
Motive behind the crime
The diabolical character of Germany's action must rivet attention, but it is essential the British public are not distracted
Imperialismo mio
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ANALISIS DE MAPA
¿Sabías que en 1885 las potencias europeas se reunieron en Berlín? Aquí decidieron como se llevaría a cabo la ocupación de África.....
La razón fue la siguiente: Una vez que había comenzado la expansión de las potencias europeas sobre los territorios de África, se produjeron inevitables conflictos debido a que había lugares que eran reclamados por más de un país.
EL RESULTADO DE LAS DECISIONES DE AQUELLA CONFERENCIA LO PUEDES APRECIAR EN EL MAPA...
¿Sabías que en 1885 las potencias europeas se reunieron en Berlín? Aquí decidieron como se llevaría a cabo la ocupación de África.....
La razón fue la siguiente: Una vez que había comenzado la expansión de las potencias europeas sobre los territorios de África, se produjeron inevitables conflictos debido a que había lugares que eran reclamados por más de un país.
EL RESULTADO DE LAS DECISIONES DE AQUELLA CONFERENCIA LO PUEDES APRECIAR EN EL MAPA...
El continente africano hacia el año 1914. En: Antonio Fernández, Historia del Mundo Contemporáneo, Edit. , Vicens Vives, Barcelona 1994, p 234
TRABAJA EN CASA CON LAS SIGUIENTES PREGUNTAS
Según el territorio ocupado ¿Cuáles son las máximas potencias imperialistas del siglo XIX?
Los ingleses tenían la intención de establecer un imperio continuo en África, desde Egipto al Cabo. ¿Qué colonia se los impedía?
¿Qué factores explican el comportamiento de las potencias europeas? ¿Por qué razones se apropiaron del continente africano?
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